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Aquí va una crítica que apareció en el periódico Levante en diciembre:
Sala de espera
My Name’s Lolita Art. C/ Avellanas, 7. Valencia.
Hasta el 15 de enero
Por Christian Parra-Duhalde
En la nítida línea que le caracteriza, ya dos décadas, sobre los múltiples intereses de otros espacios, Lolita Art presenta un nuevo exponente de la pintura neometafísica que tanto juego dio por estos pagos en los noventa. Se trata del asturiano Federico Granell (Cangas del Nancea. 1974), reciente premio Junta General del Principado de Asturias, que se estrena aquí con una obra que cumple cabalmente con los principios técnicos y semánticos del canon metafísico. Pintura de limpia escenificación paisajística que refiere inquietantemente a la idea de transcurso transgrediendo su contenido en la inminencia perpetua de un supuesto acontecimiento, la obra de Granell se explicita situándose temáticamente, como crónica incidental, en los espacios de tránsito de los aeropuertos, sitios ahítos de alerta expectativa, fronteras de lo ocurrido y lo por ocurrir (o no).
De figuración esquemática y objetual sus perfilados personajes semejan sombras vacías y penitentes a la espera de sentido, de la vida que se verifica en el movimiento, asomadas al paisaje cual promesa inerte. Los juegos narrativos de la visión interior-exterior como espacios temporales, la cuadriculación translúcida metáfora de umbrales ilusorios, un cromatismo frío que sugiere el silencio de la ausencia y una luz imperiosa y vigilante, diversifican duales juegos entre el mirar y el ver del espectador acentuando hasta el onirismo su condición crepuscular. Efectivo en su envite lúdico no exento de acidez, el trabajo de Granell es coherente testimonio del viaje antitético que es la espera.
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